Dentro de los exámenes generales, el que aporta mayor información es el hemograma. Incluye el estudio de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Este examen refleja enfermedades de la sangre y medula ósea.
La hematología estudia todas las enfermedades de la sangre y de su órgano productor, la médula ósea, tanto benignas como malignas. Además, enfermedades de sus órganos relacionados como ganglios linfáticos y bazo.
Dentro de las afecciones benignas se encuentran la anemia de diversas causas, ya sea por defectos de la producción de glóbulos rojos (deficiencias de hierro, vitamina B12, ácido fólico, etc) o por su destrucción (hemólisis). Otras patologías son las trombocitopenias inmunes y de otras etiologías, y la afectación de los glóbulos blancos, ya sea su disminución (leucopenia) o aumento (leucocitosis) por diversas condiciones como fármacos, infecciones o falla medular.
Las enfermedades malignas a las cuales se dedica la hematología son entre otras, las leucemias agudas, leucemias crónicas, linfomas, mielomas, neoplasias mielodisplásicas y mieloproliferativas crónicas.
Otra área de estudio de la hematología son las alteraciones de la coagulación, tanto la hipocoagulabilidad como la hipercoagulabilidad. La primera se manifiesta con hemorragias de diversos sistemas y la segunda como trombosis venosas y arteriales.