El páncreas deja de producir insulina con el tiempo, pero principalmente es desencadenada por anticuerpos, que son proteínas que nosotros mismos producimos, pero que destruyen las células del páncreas. Por ende, a medida que pasan los años, este órgano se va destruyendo y va secretando una menor cantidad de insulina hasta dejar de producir.
Causas: Tiene un origen autoinmune. Los pacientes que tienen diabetes tipo 1 nacen con una predisposición genética, la cual está presente toda la vida y en algún momento se puede desencadenar la enfermedad a través de un gatillante como una infección respiratoria, un cuadro viral, un cuadro emocional fuerte y que ocasiona la presencia de anticuerpos, los que van a ir destruyendo el páncreas de a poco.
Síntomas:
Sed anormal y boca seca
Pérdida de peso involuntaria
Micción frecuente
Falta de energía, cansancio
Hambre constante
Visión borrosa
Enuresis nocturna (orinar)
Tratamiento: Las personas diagnosticadas con diabetes tipo 1 son insulinodependientes, es decir, deben inyectarse insulina de por vida antes de cada comida para contrarrestar un alza de azúcar en el torrente sanguíneo.
Algunas consecuencias de no seguir el tratamiento:
● Cetoacidosis: Acumulación de sustancias tóxicas como las cetonas, las que intervienen en el metabolismo propio de la regulación y el equilibrio del cuerpo. Los pacientes presentan alteración en su respiración, deshidratación, incluso hay riesgo de muerte.
● Síndrome hiperosmolar hiperglucémico: Consiste en un nivel extremadamente alto de azúcar en la sangre, a veces sin la presencia de cetonas, lo cual puede producir shock, formación de coágulos de sangre, hinchazón del cerebro (edema cerebral), un aumento del nivel de ácido en la sangre (acidosis láctica), entre otras complicaciones.
● Daño en vasos sanguíneos pequeños como los ubicados en los ojos, en el cerebro, en el riñón, en los pies o en el corazón, lo cual genera retinopatía, nefropatía y/o neuropatía diabética, entre otras.
Enfermedades autoinmunes asociadas más frecuentes:
● Hipotiroidismo
● Hipertiroidismo
● Enfermedad celíaca
● Vitiligo
La insulina producida por el páncreas no es bien utilizada por las células, lo cual se conoce como resistencia a la insulina. Nuestro páncreas secreta altas cantidades de insulina cada vez que comemos carbohidratos para que no suba el azúcar en sangre. Entonces, el páncreas al secretar insulina en forma constante hace que su función se agote en el tiempo y disminuya la secreción de esta hormona a largo plazo, teniendo como consecuencia niveles elevados de azúcar en la sangre (superiores a 100 mg/dL).
Causas: La resistencia a la insulina es producida por trastornos como el sobrepeso, la obesidad, malos hábitos de alimentación, sedentarismo y también antecedentes familiares como predisposición. En general, la diabetes es una enfermedad asintomática (no tiene síntomas), por eso la importancia de detectarla a tiempo en etapas tempranas y no cuando los síntomas evidencian una diabetes descompensada y eventual presencia de daño en los órganos de nuestro cuerpo.
Cuando la diabetes está descompensada o no bien tratada aparecen los siguientes síntomas de alerta:
Sed excesiva y boca seca
Micción frecuente
Falta de energía, cansancio
Cicatrización tardía de heridas
Infecciones recurrentes de la piel
Visión borrosa
Hormigueo o entumecimiento en manos y pies
Tratamiento: Las personas diagnosticadas con diabetes tipo 2 pueden necesitar medicación no insulínica (oral o inyectable) para mantener inicialmente sus niveles de glucosa en sangre. Si los medicamentos no insulínicos no son suficientes para satisfacer dicha función, algunos pacientes podrían acceder a una terapia combinada al necesitar inyecciones de insulina.