06/11/2025
Proyecto buscará comprender cómo la genética influye en el desarrollo y progresión de MASLD
Investigará el papel de los polimorfismos genéticos en la enfermedad hepática esteatósica metabólica (MASLD) gracias a los fondos adjudicados del Concurso Temas Libres 2025 de la Oficina de Apoyo a la Investigación Clínica de nuestra institución
“La esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD, por su sigla en inglés) antes conocida como hígado graso, cambió su nomenclatura en el 2023”, comienza explicando la Dra. Larissa Aleman, coinvestigadora del proyecto “Relevancia clínica de la genética en la esteatosis hepática: polimorfismos como factores de riesgo y pronóstico”. Explica que la investigación buscará comprender cómo la genética influye en el desarrollo y progresión de esta enfermedad.
“Estudiaremos a los pacientes con esteatosis hepática asociada a una de sus causas: a la disfunción metabólica”. La disfunción metabólica se define como la conjunción de algunos factores, como obesidad central (aumento de la grasa del perímetro abdominal), dificultad en la metabolización de la glucosa (insulinorresistencia o diabetes), dislipidemia (colesterol alto o triglicéridos altos) “Son pacientes que tienen alteraciones metabólicas que están muchas veces relacionadas a la obesidad, aunque pueden ser pacientes no obesos, pero que tienen alteraciones metabólicas”, sostiene la Dra. Aleman.
La esteatosis hepática metabólica es una enfermedad silenciosa y es una de las principales causas de daño hepático, cirrosis y trasplante, desplazando a las otras causas que anteriormente se conocían, como la cirrosis producida por alcohol o la hepatitis viral. Hemos presenciado “un cambio en las causas de daño hepático y actualmente es una enfermedad que los pacientes no saben que la tienen hasta que está en estado muy avanzado”, advierte la Dra. Aleman.
“Está estudiado que en Latinoamérica hay una proporción alta de hígado graso o MASLD. Entonces, se comenzó a buscar por qué. Sabemos que ha habido un aumento en la tasa de sobrepeso, obesidad, pero también en otros países, no solo en Latinoamérica. Entonces, se comenzaron a buscar otros factores que pudieran estar involucrados en la enfermedad y se identificó que había una predisposición genética”. Y aquí entran los polimorfismos, que son variaciones naturales en el ADN de cada persona. “Sabemos que estas variantes de genes participan muchas veces en el metabolismo lipídico, o sea, favorecen la disfunción metabólica. Y estos pacientes tienen una predisposición al desarrollo de hígado graso. Y no solo a su desarrollo, sino que pueden tener además una progresión más acelerada de esta enfermedad”.
Informes preliminares en Chile sugieren una alta predisposición genética, la que potencialmente afectaría hasta al 59% de los pacientes con esteatosis hepática metabólica. “El proyecto que nosotros estamos desarrollando tiene por objetivo ver cuál es la prevalencia de estos polimorfismos en los pacientes con esteatosis hepática. Estamos trabajando con muestras del Biobanco de nuestro Hospital y de la Facultad de Medicina. Vamos a hacer el estudio genético para ver qué prevalencia tenemos en estos pacientes en nuestra población y evaluaremos el impacto que puede tener en la progresión de la enfermedad”, detalla la investigadora. “Esto podría ser útil para evaluar el riesgo individual del paciente según la presencia de ciertos polimorfismos, lo que podría servir, por ejemplo, para evaluar con cuáles pacientes tendríamos que ser más intensivos en su tratamiento para poder evitar que desarrolle una cirrosis más rápida o que tenga mayores complicaciones”, apunta la Dra. Aleman.
El equipo de la Dra. Aleman estudiará cuatro polimorfismos, que son los que más se asocian con la esteatosis hepática. Nos explica que en Chile hay reportes del PNPLA3, que es el que más se ha estudiado, pero existen otros que además no se han estudiado, “Recientemente se ha propuesto que scores de riesgo poligénico podrían ser incluso más útiles que la evaluación de un solo polimorfismo”. Y continúa: “Si hay una combinación de genes, eso nos podría dar mayor información de que el paciente pudiera tener una mayor progresión, una progresión más acelerada”.
El biobanco de enfermedades hepáticas tiene actualmente muestras de 80 pacientes y va creciendo constantemente. “El Biobanco trabaja con un estándar de calidad internacional. Entonces, en ese sentido nos aseguramos de la calidad del material genético”. Además, el Biobanco utiliza la plataforma REDCap, un sistema seguro para la captura y manejo de datos clínicos. “Podremos correlacionar la presencia de polimorfismos con las características clínicas de los pacientes —edad, grado de fibrosis, evolución de la enfermedad—, lo que amplía enormemente el valor científico del estudio”.
El proyecto tiene un alto grado de proyección, ya que podrán obtener mucha información. “Este proyecto permitirá generar evidencia nacional sobre la influencia genética en MASLD, con impacto directo en la prevención y el manejo personalizado de la enfermedad hepática”.
Esta línea de investigación tiene sus inicios en el Laboratorio de Gastroenterología con el trabajo de Mauricio Venegas, bioquímico, y el Dr. Álvaro Urzúa, gastroenterólogo, quienes trabajaron en pacientes con virus hepatitis C y observaron una prevalencia alta en la población. “Aunque la población de estudio fue distinta porque era hepatitis C, nos habla de que estos pacientes por su ascendencia, ya tienen algún mayor riesgo de tener una hepatitis hepática metabólica”, comenta la Dra. Aleman. En el equipo que desarrollará el proyecto contamos, del Servicio de Gastroenterología, al Dr. Juan Pablo Roblero, la enfermera Daniela Simián y Mauricio Venegas. También está la Dra. Alicia Colombo del Biobanco y el doctor Nelson Varela del Depto. de Oncología Básica de la Facultad de Medicina.