“Me preocupa mucho la información errada respecto al sobrecrecimiento bacterial intestinal que está apareciendo en redes sociales y en libros...”
“Ahora todo el mundo dice que tiene SIBO porque se hincha. Es como la enfermedad en boga, la enfermedad de moda. Hincharse no es tener SIBO. Es decir, si uno hace estudio de la población general sin ninguna molestia, al 20% le sale SIBO con los test de hidrógeno, con las técnicas normadas que hace uno”, comenta la Prof. Dra. Ana María Madrid, gastroenteróloga de nuestro Hospital.
Dra. Madrid ha publicado recientemente el estudio comparativo “Tratamiento del sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado en pacientes chilenos con síndrome del intestino irritable” en la Rev Gastroenterol Mex (Engl Ed).
El síndrome de intestino irritable (SII) y el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) son dos condiciones diferentes que pueden causar síntomas similares, pero que tienen distintas causas y, por lo tanto, tratamientos diferentes. Los pacientes con trastornos del eje intestino-cerebro, como el SII, suelen presentar SIBO. Existe una tendencia a confundirlos.
“Yo soy súper estricta con el diagnóstico de sobrecrecimiento bacteriano intestinal , porque si no, todo el mundo lo tendría. Hay que ser muy precavido. He visto exámenes de test de hidrógeno que traen los pacientes de afuera con curvas planas, que no habían subido y que se han informado como SIBO. Esos correspondían a colon: nada tenían que ver con intestino delgado. En general, alrededor del 50% de los pacientes con intestino irritable podría tener SIBO, habiéndoles realizado test de hidrógeno con nuestras técnicas y normas”, explica.
La especialista nos explica que SIBO no es una enfermedad, sino que es una entidad que acompaña enfermedades, como al trastorno de la comunicación intestino-cerebro (SII), a los trastornos de motores digestivos, a enfermedades como la enfermedad celíaca, Crohn, pancreatitis crónica, etc. Los pacientes con pseudobstrucción intestinal crónica, por ejemplo, por tener un trastorno severo de motilidad, tienen SIBO continuamente y entonces se tratan con antibióticos permanentemente. Pero se trata de un trastorno intestinal severo, porque el bolo alimentario que tiene que abandonar el intestino se demora más tiempo en ser eliminado del intestino, lo que produce molestia con disminución de la absorción de vitaminas y de nutrientes, corriendo el riesgo de desnutrición. Es una condición muy seria.
“Está muy en boga hoy en día el mal uso del término SIBO, mal uso del diagnóstico y mal uso de las técnicas de estudio. Según las redes sociales, todo el mundo tiene SIBO, pero éste no tiene nada que ver con lo que las redes dicen. Es súper complejo hablar en ese tono de esto. Ayer en una clase de médicos generales hablé de este tema y lo primero que hice fue mostrarles imágenes de las redes sociales y les dije que, si querían saber lo que era SIBO, todo lo que estaba allí no era SIBO. Es complejo hacer este diagnóstico”, relata la Dra. Madrid.
El objetivo del estudio fue evaluar la respuesta sintomática y la erradicación del SIBO en alrededor de 100 pacientes con SII que vinieron al Servicio de Gastroenterología a hacerse el test de hidrógeno. Los pacientes con SII y SIBO se benefician de la terapia con antibióticos. Se les dividió en tres grupos y se indicó regímenes de antibióticos diferentes para cada uno. Algunos de los hallazgos obtenidos fueron que metronidazol mostró la mejor tasa de erradicación de SIBO, pero más efectos secundarios. Rifaximina demostró una mayor mejoría sintomática y una menor tasa de efectos adversos. El Ciprofloxacino es el que más mal anduvo, nos explica la Dra. Madrid.
La Dra. Madrid ha venido trabajando en la línea de investigación sobre todos los trastornos en la comunicación cerebro-intestino. O sea, trabaja con intestino irritable, dispepsia, constipación crónica y sobrecrecimiento bacteriano. Y esta publicación la ha realizado junto a dos doctores del Laboratorio de Enfermedades Digestivas y Motilidad de nuestro Hospital: Dr. Christian von Muhlenbrock, quien además trabaja en el Centro de Enfermedades Digestivas de la U. de Los Andes, y con la Dra. Glauben Landskron, quien también se desempeña en nuestra Facultad de Medicina.