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Infarto de pared anterior con alteraciones eléctricas: una presentación poco frecuente para recordar

Esta comunicación científica es el relato de la experiencia del equipo de Cardiología de nuestro Hospital que trató una combinación de eventos graves en un mismo paciente: un infarto que cursó con alteraciones eléctricas del corazón, las que posteriormente determinaron que el desenlace final del infarto fuese el fallecimiento.

Lamentablemente la muerte es algo que nosotros vemos de cerca en las unidades críticas. No siempre podemos ganarles a las enfermedades. El tiempo es corazón es el mensaje de esta presentación, es decir, mientras más tiempo un paciente se demora en consultar por dolor de pecho o con algún equivalente, más malo es el resultado a largo plazo: habrá más mortalidad, más secuelas y más mala respuesta a los tratamientos que nosotros implementemos” es el testimonio del Dr. Manuel Mallol, residente de 2º Año de Cardiología y autor principal de la publicación.

El objetivo de la presentación, publicada en Wiley Case Reports in Cardiology, fue transmitir a la comunidad científica cómo se presentó esta enfermedad tan poco frecuente, las dificultades a las que se enfrentaron y sacar lecciones para incorporarlas a futuras posibles presentaciones. ¿Cuál fue específicamente la dificultad o lo distinto y extraordinario de este caso? “Normalmente, un infarto al miocardio o un infarto del corazón es cuando se ocluye una de las arterias que le da sangre al músculo cardiaco, lo que conlleva que al corazón o a esa zona le deja de llegar sangre, deja de funcionar a largo plazo, deja de contraerse y de hacer sus funciones. En ciertos infartos es muy raro ver concomitancia de alteraciones eléctricas”. 

Existen distintos tipos de infarto, dependiendo de qué arteria se tapa y de cuál cara del corazón está afectada. Cada uno de estos tipos de infarto tiene sus propias complicaciones y generalmente el corazón pierde mucha fuerza para poder bombear sangre. “Pero es muy raro ver que se combine eso con alteraciones o con problemas eléctricos del corazón en ciertos tipos de infarto, con ciertos tipos de arritmias. Normalmente vemos arritmias en los infartos al miocardio durante las primeras 48 horas, cuando los pacientes ya están hospitalizados, y algunas, que pueden ser más peligrosas, se pueden ver más tardíamente… Pero en este caso en particular lo que vimos fue más que una arritmia: fue que se echó a perder —por decirlo de alguna manera— la red eléctrica del corazón junto con la falla en la fuerza del corazón en un tipo de infarto donde lo anterior no suele ocurrir”, explica. 

Nos indica el Dr. Mallol que esta rara presentación no es algo con que los especialistas esperan encontrarse. Es rara la asociación entre fallas de la conducción eléctrica en un infarto de pared anterior. “Está descrito que la concomitancia de estos trastornos es un poco menos del 2%. En el equipo de Cardiología y el equipo de la Unidad Coronaria nos sometimos a una discusión acerca de si esto realmente constituía un solo cuadro clínico o si estábamos viendo varios cuadros clínicos que estaban solapados uno con otro.  Finalmente, vimos que estaba todo en una sola presentación clínica: que era el mismo infarto que estaba presentando estas manifestaciones poco frecuentes”. Y enfatiza: “Es una presentación combinada de cosas muy malas sumado a la gravedad del infarto en sí”.

La mayoría de estos pacientes fallecen. Este cuadro clínico representa una alta morbimortalidad, es decir, genera un número elevado de fallecimientos, cercano al 80%. La morbilidad hace referencia a aquellos pacientes que sobrevivieron, pero que quedan con secuelas, en particular, insuficiencia cardíaca, necesidad de marcapasos o de terapias específicas.

El equipo que escribió este artículo está conformado por cinco autores que suelen trabajar juntos. Los doctores Mallol y Marcelo Llancaqueo están adscritos a la Unidad de Investigación Cardiológica que forma parte del Departamento de Cardiología de nuestro Hospital; la Dra. Rocío Fuentes, médica internista y que tuvo la oportunidad de tratar al paciente cuando estuvo hospitalizado en la Unidad Coronaria; y los internos de la Universidad de Chile, Alfredo Villarroel y Catalina Valenzuela.