¿Las pastillas para dormir son la solución definitiva para el insomnio?
Las pastillas para dormir se han convertido en una opción común para quienes luchan contra el insomnio, un trastorno que afecta a más del 30% de los chilenos. Pero, ¿es esa la salida definitiva para este problema? Según el Dr. Gabriel Abudinen, neurólogo de nuestro Hospital, la solución no siempre está en la medicación, ya que su uso excesivo puede tener consecuencias dañinas para la salud.
En un país donde más de una cuarta parte de la población sufre de insomnio crónico, recurrir a una pastilla para dormir puede parecer la opción más fácil. En el abanico de fármacos hay de todo: desde la melatonina —más accesible y natural— hasta compuestos más potentes como la trazodona, benzodiacepinas como el clonazepam, o los inductores no benzodiacepínicos que son los más utilizados hoy en día, como el zolpidem y la zopiclona. Sin embargo, cada uno tiene su propio perfil de efectos y riesgos.
“La melatonina, por ejemplo, es una opción segura, pero puede generar efectos secundarios como pesadillas, sueños vívidos o molestias gastrointestinales”, explica el Dr. Abudinen. Otros fármacos, como los inductores no benzodiacepínicos (zolpidem y zopiclona), pueden llevar a consecuencias mucho más serias, entre ellas “el comedor nocturno, que es gente que se levanta sonámbula en la noche a comer, o la amnesia anterógrada, con la cual no me acuerdo de nada luego de tomarme la pastilla. Eso, generalmente en adultos mayores, tiene el gran riesgo de caídas o de hacer alguna acción y no acordarse al día siguiente”.
A pesar de ser de fácil acceso, la automedicación nunca es recomendable. El neurólogo enfatiza que estos fármacos deberían ser recetados por un profesional y utilizados solo por un periodo limitado, de no más de seis meses, para evitar la dependencia y la disminución de su efectividad con el tiempo.
“Hay muchos y muy distintos fármacos para poder dormir, pero lo más importante es que no cualquier fármaco ayuda a todos; cada uno es distinto y acarrea distintos problemas. La solución del dormir bien no es dar una pastilla a ciegas, sino que es tratar de encontrar la causa del porqué no estamos durmiendo bien. El buen uso de estos medicamentos debe ser idealmente indicado por un médico y por un lapso transitorio de no más de 3 a 6 meses porque luego su efecto empieza a disminuir drásticamente”, comenta el especialista.
El insomnio no tiene una sola causa. Mientras algunos padecen de dificultades para iniciar el sueño, otros luchan por mantenerlo. Para el Dr. Abudinen, lo esencial es tratar cada caso de manera individualizada. “Si el insomnio está vinculado a la ansiedad, podría ser necesario un medicamento como la quetiapina. Si, por otro lado, existe dolor crónico como la fibromialgia, la pregabalina es más adecuada”, explica. Este enfoque personalizado es clave para evitar el uso indiscriminado de pastillas y mejorar la calidad del descanso.
Pero entonces, ¿qué hacer con el insomnio? El especialista recomienda comenzar con ajustes simples en los hábitos de sueño, como establecer una rutina nocturna, evitar pantallas antes de dormir y, si es necesario, considerar el uso de melatonina; sin embargo, si los problemas persisten, es crucial acudir a un especialista en neurología del sueño para obtener un diagnóstico certero.
“El uso de medicamentos para dormir nunca debe ser la única solución. Antes de tomar algo para dormir hay que ordenar los hábitos que tienen que ver con la higiene del sueño. Porque nuestro sueño no depende de nosotros, depende del ambiente donde uno duerme. Claramente la automedicación no es favorable, pero si hay problemas con la consulta al especialista, podría empezar con la melatonina 2 a 3 horas antes de acostarse. Si a pesar de todo ello siguen los problemas, podemos usar estos programas para celulares que graban los sonidos en la noche o tratar de ir a ver a un neurólogo especialista en sueño para identificar qué está pasando”, concluye el Dr. Abudinen.
Por: Rocío Cortez
Edición General: Fernanda Farfán
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