Vitamina D: ¿Todos debemos medirla y suplementarla?
¿Sabías que la vitamina D cumple un rol clave en la regulación del sistema inmunológico? Esta y muchas otras funciones la convierten en un elemento esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, solo el 13% de los chilenos presenta niveles óptimos de esta vitamina, según la última Encuesta Nacional de Salud. Niños, mujeres postmenopáusicas, adultos mayores y personas con enfermedades metabólicas forman parte de los grupos más afectados. Pero, ¿es necesario que todos la midan o la suplementen? La Dra. Ana Claudia Villarroel, magister en Nutrición Clinica y diabetóloga de nuestro Hospital, junto a la Dra. Andrea Cortés, jefa del Servicio de Dermatología, nos entregan una mirada más integral sobre esta vitamina.
“Durante años no sabíamos mucho sobre la vitamina D. Luego empezó a estudiarse intensamente y se vio que tenía participación en muchas patologías comunes como diabetes, enfermedades autoinmunes o cáncer. Ahí se generó un boom por medirla y suplementar masivamente”, recuerda la Dra. Ana Claudia Villarroel.
Ese entusiasmo inicial llevó a muchos a considerar su déficit como un factor determinante en diversas enfermedades, lo que se tradujo en una tendencia a suplementarla casi de manera automática; sin embargo, con el tiempo la mirada médica se ha afinado. “Como todo en medicina, se fue ajustando el enfoque. Muchos de esos estudios eran observacionales. Hoy sabemos que no es necesario suplementar a todo el mundo, sino que hay que enfocar bien a quién sí le puede traer beneficios reales”, agrega la especialista.
Pero entonces, ¿qué tan importante es mantener la vitamina D en niveles adecuados? Aunque su función más conocida está relacionada con la salud ósea, al ayudar a fijar el calcio en los huesos, también cumple roles clave en el sistema inmune, el metabolismo y los procesos inflamatorios. “Lo relevante es saber cuándo se requiere un refuerzo”, explica la Dra. Villarroel. “Existen los requerimientos nutricionales normales, que en general se logran con buenos hábitos y, por otro lado, están las llamadas cargas de vitamina D que usamos solo en contextos específicos, cuando realmente hay una deficiencia que lo amerita”.
Desde la piel, por ejemplo, también se observan manifestaciones que podrían asociarse a su déficit. “Las personas con bajos niveles pueden presentar más infecciones, caída del cabello, empeoramiento del acné, dermatitis atópica o psoriasis. También influye en la función inmunomoduladora, lo que impacta muchas condiciones dermatológicas”, explica la Dra. Andrea Cortés.
La buena noticia es que, en la mayoría de las personas, basta con mantener hábitos saludables para asegurar niveles adecuados. Según explica la Dra. Villarroel, “cerca del 80% de la vitamina D se obtiene a través de la exposición solar y el 20% restante proviene de la dieta y los suplementos”. Pero eso no significa exponerse sin límites. La Dra. Cortés aclara que “lo normal es exponerse diariamente entre 10 a 15 minutos al sol, idealmente entre las 10:00 y las 15:00 horas. Puede ser en los antebrazos o piernas, sin necesidad de que sea el rostro. Y se puede usar protector solar, porque no bloquea completamente la síntesis de vitamina D”.
A eso se suma el rol de los alimentos. La doctora Villarroel afirma que “huevos, lácteos, carnes, pescados y productos fortificados son buenas fuentes. Sin embargo, en un entorno donde predominan los ultraprocesados, muchas veces estas opciones están ausentes en la dieta diaria.”
La pregunta ahora recae en quiénes sí deben preocuparse más. La Dra. Villarroel es clara: no todas las personas necesitan medirse ni suplementarse. “Hoy no se recomienda hacerlo en personas sanas menores de 50 años. En embarazadas o niños en etapa de crecimiento, se sugiere promover una buena alimentación y exposición solar. Solo en grupos de riesgo sí se justifica medir y eventualmente suplementar”, afirma.
Entre estos grupos están los adultos mayores, sobre todo los mayores de 75 años, personas con obesidad, quienes han tenido cirugías digestivas, enfermedades autoinmunes o tratamientos que interfieren con la absorción de nutrientes. “En adultos mayores sí hay evidencia de que mantener niveles adecuados de vitamina D podría asociarse a menor mortalidad, pero para ellos son más recomendables los suplementos”, agrega la diabetóloga.
En la misma línea, la jefa del Servicio de Dermatología explica que no todos los pacientes debieran estar expuestos a la luz solar, porque también existen patologías dermatológicas que pueden activarse con los rayos del sol. “Para pacientes con condiciones como lupus, fotodermatitis o antecedentes de melanoma, la suplementación oral es lo indicado. Y bueno, los bebés y niños muy pequeños también debieran usar suplementos porque no se pueden poner al sol”, complementa la Dra. Cortés.
Eso sí, es importante no caer en el exceso. También existe toxicidad por vitamina D, que puede alterar el metabolismo del calcio y causar problemas en el organismo. “Por eso el principal mensaje es no automedicarse. La suplementación debe ser evaluada por un profesional de salud, considerando cada caso. En muchos casos, basta con una buena consejería sobre alimentación y exposición solar. Eso da más beneficios que andar midiendo o tomando suplementos sin control”, concluye la Dra. Villarroel.
Por: Rocío Cortez
Edición General: Fernanda Farfán
Comunicaciones Corporativas HCUCH