Picaduras de insectos y mordeduras de araña: ¿Cuándo preocuparse y cómo actuar?
Durante el verano, las altas temperaturas y la mayor actividad al aire libre aumentan la exposición a picaduras de insectos y mordeduras de araña. Si bien la mayoría son inofensivas, algunas pueden causar reacciones alérgicas o infecciones. El Dr. César Cortés, jefe de Emergencias de nuestro Hospital, entrega recomendaciones clave para su identificación y tratamiento.
Suben las temperaturas y las picaduras de insectos se vuelven casi inevitables. Algunas, como las de zancudo y pulga, pueden pasar desapercibidas, pero otras, como las de abeja y tábano, suelen ser bastante dolorosas. La picadura de abeja se reconoce al instante: el aguijón se incrusta en la piel, dejando una pequeña herida punzante que provoca un dolor agudo y un marcado enrojecimiento. Mientras tanto, los tábanos, conocidos por su tamaño y agresividad, generan una reacción inmediata que se traduce en una hinchazón y un enrojecimiento mayor al que deja la abeja.
Por su parte, las picaduras de zancudo aparecen como bultos blandos y tienen un punto rojo en el centro, acompañado de un prurito que puede provocar ronchas al rascarse. En contraste, las picaduras de pulga aparecen en grupos y son rojas y pequeñas. Según explica el Dr. Cesar Cortés: “En la mayoría de los casos las picaduras se manejan con frío, antihistamínicos y analgésicos si duele mucho. Lo importante es evitar rascarse para no sobreinfectarla, ya que sería necesario el uso de antibióticos. Si persiste la lesión y el dolor, puede que la inflamación esté más allá de la picadura misma y que esté generando celulitis, que es una inflamación del tejido celular subcutáneo y también se trata con antibióticos.”
Para minimizar el riesgo de picaduras, es recomendable usar repelentes específicos, ropa que cubra la mayor parte del cuerpo, no dejar recipientes con agua estancada y mantener limpia la zona de las mascotas. Nuestro jefe de Urgencias, señaló que “las abejas suelen picar en jardines con el pasto alto o con muchas flores. Habitualmente ocurre en los pies, sobre todo cuando los niños andan descalzos y las pisan. Mientras tanto, los zancudos se concentran en lugares húmedos como las piscinas y pueden ingresar a las casas atraídos por los olores corporales. Los tábanos se encuentran en áreas rurales, así que es frecuente que piquen en campings y las pulgas proliferan donde hay animales domésticos”.
Mordedura de araña de rincón: una urgencia que requiere atención
A diferencia de las picaduras de insectos, la mordedura de una araña de rincón puede pasar desapercibida inicialmente, pero con el tiempo produce una lesión ovalada y violácea denominada “placa livedoide“. Esta marca señala que el veneno está afectando los tejidos y, en casos graves, puede evolucionar a un loxoscelismo cutáneo visceral, caracterizado por fiebre, escalofríos, sudoración, vómitos, daño hepático, renal y llegando incluso a ser mortal, si no se trata oportunamente. Sin embargo, esta reacción sistémica ocurre en apenas un 10 o 15% de los casos, dependiendo de la cantidad de veneno inyectado.
“La mordedura de araña es completamente distinta porque ya no es una picadura; es una mordedura y el daño va a depender de la carga de veneno que haya inyectado”, enfatiza el especialista. “Me atrevería a decir que tienen su pick dos veces al año, en el verano y en invierno. A ellas les gustan los lugares húmedos y oscuros. Entonces con los cambios de estación y, por ende, con los cambios de armario, aparecen. Actualmente tenemos 2 a 3 casos semanales. Así que se recomienda tener cuidado al mover los muebles, sacudir la ropa y toallas antes de usarlas: estos detalles”.
En caso de mordedura, el Dr. Cortés recomienda la aplicación inmediata de frío local, ya que esto ayuda a inactivar la toxina. Además, sugiere que, en caso de sospecha, se intente capturar a la araña para llevarla a un centro asistencial. “Nunca vas a saber qué tipo de araña fue a menos que la tengas. En realidad, es solo para tener más certeza porque el tratamiento es en general el mismo: antiinflamatorios, analgésicos y a veces antihistamínicos. En algún minuto se propuso un suero antiloxosceles, pero que en realidad no está exento de morbilidad y tampoco de prevenir un loxoscelismo cutáneo visceral”.
Reacciones alérgicas: ¿cuándo preocuparse?
Las reacciones alérgicas a picaduras pueden ir desde una simple roncha hasta un choque anafiláctico. Según explica el Dr. Cesar Cortés: “Las reacciones alérgicas habitualmente dependen de quién sufre la picadura. Hay personas muy alérgicas que debieran estar con medicación permanente, con antihistamínicos, para minimizar los efectos. Si no lo hacen, van a manifestar una reacción mucho más severa. Y ahí, obviamente por la magnitud de las lesiones o por la extensión del compromiso, el tratamiento va a ser mucho más complejo”.
En los casos de alergia leve, el enrojecimiento y la inflamación pueden tratarse con frío y antialérgicos comunes. Sin embargo, hay que estar atentos a la evolución del cuadro, ya que si las lesiones no disminuyen y, por el contrario, las zonas comprometidas se extienden y comienzan a generar dolor o afecta a las mucosas, el Dr. Cortés recomienda “consultar con un especialista, ya que puede tratarse de un diagnóstico alternativo además de la propia picadura”. La prolongada inflamación, ronchas dolorosas, secreción o la aparición de otras lesiones “no son el curso benigno de una picadura normal”.
Finalmente, la manifestación más grave a la que puede llegar una reacción alérgica es el choque anafiláctico. Nuestro jefe de Emergencia, Dr. César Cortés, advierte que “Si bien es de riesgo extremadamente bajo, se requiere atención médica inmediata. La anafilaxia es una reacción alérgica exacerbada en la que el cuerpo responde exageradamente. Hay dificultad respiratoria, compromiso hemodinámico, la presión baja y la persona se puede morir. Si pasa esto, la única opción es correr al hospital porque es de una evolución muy precoz”.