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Silicosis: “Se adquiere con el tiempo y por la cantidad de exposición a polvos de sílice”

La silicosis es una enfermedad que está inserta en la categoría de las neumoconiosis, las cuales son enfermedades pulmonares que ocurren por la inhalación constante de materiales inorgánicos, principalmente polvos de sílice que se encuentran en la tierra, las minas, construcciones de edificios y carreteras, y en producciones de yeso y vidrio.

Para conocer más sobre esta patología, conversamos con el Dr. Felipe Rivera, neumólogo de nuestro Hospital, quien inicialmente se refirió a su mecanismo de acción: “Los cristales de sílice ingresan al pulmón. Hay algunos que son muy pequeños, por ende, ingresan a la vía aérea más pequeña, produciendo focos inflamatorios nodulares, lo cual a su vez produce destrucción pulmonar y fibrosis”.

La silicosis y sus variantes

Existen varios tipos de silicosis, pero la más frecuente es la crónica. Esta variante es común en personas que trabajan en minería y que están expuestas por largos períodos a diversas fuentes de polvo de sílice. La patología se va desarrollando al inhalar estas partículas por alrededor de una década, alterando la función pulmonar, es decir, la captación de oxígeno, formando masas retráctiles y fibrosas del pulmón, perdiendo grupos de alvéolos, aunque la silicosis no solamente se presenta como fibrosis, sino que puede haber daño exclusivamente de la vía aérea, es decir, como bronquitis crónica.

Por otra parte, está la silicosis aguda, que es menos frecuente, en la que el paciente inhala una gran cantidad de sílice, desencadenando una especie de insuficiencia respiratoria aguda que ocurre en pocas semanas o meses, evidenciando un daño pulmonar por la expresión de un edema pulmonar.

En cuanto a otras complicaciones de la silicosis, el Dr. Rivera señala: “Hay enfermedades infecciosas como la tuberculosis que se potencian ante la presencia de silicosis, porque el bacilo de Koch puede contagiarse fácilmente, y la silicosis no permite una buena defensa por parte del macrófago, que es la principal célula que defiende al pulmón, generando un territorio perfecto para que este bacilo se multiplique”.

Añadió: “Por otro lado, los hongos también encuentran un territorio fácil, con poca vascularización, que es la que trae las defensas, expresando un tejido que está muerto en la práctica, fibrótico, inflamado y con pocas defensas que lo hacen más susceptible a la infección por hongos. Por último, se ha visto que los silicóticos tienen más incidencia de cánceres, debido a que la mayoría fuma. Por lo tanto, la patología pulmonar combinada de EPOC y silicosis es altamente dañina en términos de falla respiratoria”, explicó el neumólogo.

Diagnóstico de la silicosis

Esta enfermedad no tiene un síntoma específico que determine su diagnóstico, sino que más bien es a través de la historia clínica, múltiples signos y exámenes que se puede concluir que el paciente padece silicosis. Malestares como tos y dificultad respiratoria, además de pérdida de peso e hipoxemia (disminución del oxígeno en sangre por una menor captación) son la base para un inicio de sospecha y solicitud de exámenes, como la prueba de función pulmonar o espirometría, test de marcha, radiografía y/o escáner de tórax.

En general, estas enfermedades no tienen una reversibilidad total, porque las lesiones producidas por los cristales de sílice no son extraíbles. Pero en la medida en que se tenga menos extensión de daño, se puede tratar la insuficiencia respiratoria con oxigenoterapia por alrededor de 15 horas diarias. El tratamiento consta también de sesiones de kinesiología para reactivar la movilidad, broncodilatadores y antibióticos.

Además, se necesita de una buena dieta para recuperar el peso perdido y consultas a psicólogos o psiquiatras para manejar la frustración y una posible depresión. En casos excepcionales, la única solución, tras una insuficiencia respiratoria grave, es el trasplante de pulmón con una sobrevida en promedio de 7 años.

Recomendaciones preventivas para personas expuestas a polvo de sílice

La prevención es fundamental para personas que están más propensas a inhalar polvo de sílice por su ocupación laboral. El Dr. Rivera enfatizó: “Utilice mascarillas para proteger las vías respiratorias con un filtro adecuado y que estén autorizadas por el Instituto de Salud Pública (ISP). En las minas debe haber filtros de aire, mediciones de todas las sustancias tóxicas y realizar turnos para no alargar por días la exposición a estos elementos. También, se debe considerar tener ropa de cambio luego de trabajar, porque muchas partículas que producen neumoconiosis se impregnan en las prendas de vestir, aumentando el riesgo de enfermar a familiares”.

El especialista añadió: “Todas las personas que trabajan en estos sectores laborales peligrosos tienen que tener controles anuales con su médico, para ver que no haya daño pulmonar, mediante una prueba de función pulmonar y una radiografía. Cuando ya tienen el diagnóstico de silicosis, deben salir lo más pronto posible de su ocupación y adherir a un tratamiento acorde a la sintomatología y al daño pulmonar”.

Por: Matías Bustos

Edición general: Fernanda Farfán

Diseño web: Inti Maldonado